Jesús, no seas gilipollas!
Antes de que leáis el post he de revelar uno de mis más preciados secretos en la blogosfera, mi nombre real. Efectivamente, no me llamo enthusiastic, sino Jesús. Sí igual que ese gran personaje histórico que nos salvo a todos.
Hace unas semanas conocí a una de esas personas que Portrait clasificaría como "un gran tipo". Sociólogo y tontuno, que más se puede pedir. Desde el primer momento encajamos bien. Afortunadamente ya hemos compartir más de un rato. Y si no fuera por que su nombre es Jesús, este post no tendría razón de ser.
Antes había conocido a otros Jesuses, pero o no les llamaba por su nombre o no llegué a tener una relación cercana con ellos. Tampoco es que me importe compartir mi nombre con otras personas. Entiendo que todo el mundo quiera tener un nombre tan magnifico. Pero con este tipo, este hecho me intriga.
Todo empezó en el curso que hicimos juntos. La profesora nos nombraba como Jesús 1 y Jesús 2. Reconozco que no me importa que me adosen un apellido nuevo y más si es el 1. Pero había un fallo. La profe lo hacía de forma azarosa. Unos días yo era el 1 y otros días era el 2 y por ahi, sí que no paso. ¡Qué a uno le cambien el nombre según apetencia es realmente cruel!
Pero no queda ahí. En nuestras conversaciones se dan situaciones realmente jodidas. Si por despiste se me ocurre personalizar las frases dirijas a él, con un "Jesús" el resultado es realmente inquietante. Pondré un ejemplo para clarificar tal situación.
Él me relataba el desenlace de una historia cuando yo salté diciendo:
Él continuo, pero yo pensé. ¿A quien estoy diciendo eso? No sabría decir. Volví a pensar en la historia. Quizás me identifique con él en su historia. Quizás, la frase no iba dirija a él sino a mi. Quizás, no hablaba con él sino me hablaba a mi mismo.
Sea como fuere, está claro que la identificación con el nombre propio esta muy arraigada en nosotros.
Quizás, de las pocas cosas que soy, una de ellas es mi nombre propio.
Creo que salvaré de la quema de identidades, la identificación con mi nombre, Jesús.
Todo empezó en el curso que hicimos juntos. La profesora nos nombraba como Jesús 1 y Jesús 2. Reconozco que no me importa que me adosen un apellido nuevo y más si es el 1. Pero había un fallo. La profe lo hacía de forma azarosa. Unos días yo era el 1 y otros días era el 2 y por ahi, sí que no paso. ¡Qué a uno le cambien el nombre según apetencia es realmente cruel!
Pero no queda ahí. En nuestras conversaciones se dan situaciones realmente jodidas. Si por despiste se me ocurre personalizar las frases dirijas a él, con un "Jesús" el resultado es realmente inquietante. Pondré un ejemplo para clarificar tal situación.
Él me relataba el desenlace de una historia cuando yo salté diciendo:
"No debiste hacer eso, Jesús"
Él continuo, pero yo pensé. ¿A quien estoy diciendo eso? No sabría decir. Volví a pensar en la historia. Quizás me identifique con él en su historia. Quizás, la frase no iba dirija a él sino a mi. Quizás, no hablaba con él sino me hablaba a mi mismo.
Sea como fuere, está claro que la identificación con el nombre propio esta muy arraigada en nosotros.
Quizás, de las pocas cosas que soy, una de ellas es mi nombre propio.
Creo que salvaré de la quema de identidades, la identificación con mi nombre, Jesús.
Comentarios
-Hasta luego tocayo.
-Hasta luego he!.... este....
Y es que, que carisma da un buen nombre, oiga.
Llamarse Mika Tenkula (guitarrista de Sentenced) o Joey Tafolla (guitarrista de en si mismo), es un regalo del cielo que hay que saber aprovechar.
Ademas tu no te llamas Jesus, te llamas Ñe, Castañe, Enthusiastic, tu...
Pero tampooco voy a ir por ahi presentandome como Ñé.
Ñé suena más a onomatopeya que a nombre, aunque hay que reconocer que tiene su punto :)
Imaginaos que un tipo se llame, qué se yo, Homero, Nemesio... un nombre peculiar... si es guapo genial, porque le hará más exclusivo, pero como sea feo... los padres la han cagado :p
..yo nunca habré nacido!