La tecnologia contra la humanidad
Hace unos meses me hice una cuenta bancaria. Y hasta hoy no he utilizado la tarjeta de credito. Los cajeros automáticos siempre me dieron mucho respeto.
Como ya me considero mayor, hoy me he propuesto ir al cajero por primera vez y sacar dinero. Más que nada por probar.
He cogido la tarjeta y me he dirigido, seguro de mi mismo, al cajero de la esquina.
Como buen ingeniero sé que la tecnología esta creada por y para los humanos. Es por ello que no existía nada por lo que preocuparse. En algún momento alguien en la faz de la Tierra habría diseñado ese cajero, el cual me disponía a utilizar, para que fuese usado por mi. Aparentemente todo encajaba.
Pantalla táctil. Unas cuantas pantallas de presentación. Mil opciones. Pienso. Yo quiero sacar dinero. Leo. "Hacer ingresos" "Resguardo" "Consultar saldo" "Cybertarjeta"... ¿? Pienso. Joder, yo quiero sacar dinero. Me pierdo por las pantallas...
La cola detrás de mi empieza a crecer. Me digo. Vale, dejemoslo para más tarde.
Salgo del cajero. Doy un paseo para reflexionar sobre lo acontecido. ¿Qué ha fallado? ¿Qué he hecho mal? Las preguntas se disparan en mi cabeza.
Vuelvo de nuevo al cajero. Me situó delante de él. Le miro fijamente a la pantalla táctil y leo. Para sacar dinero inserte primero la tarjeta. Sabía que no podía ser muy difícil.
Como ya me considero mayor, hoy me he propuesto ir al cajero por primera vez y sacar dinero. Más que nada por probar.
He cogido la tarjeta y me he dirigido, seguro de mi mismo, al cajero de la esquina.
Como buen ingeniero sé que la tecnología esta creada por y para los humanos. Es por ello que no existía nada por lo que preocuparse. En algún momento alguien en la faz de la Tierra habría diseñado ese cajero, el cual me disponía a utilizar, para que fuese usado por mi. Aparentemente todo encajaba.
Pantalla táctil. Unas cuantas pantallas de presentación. Mil opciones. Pienso. Yo quiero sacar dinero. Leo. "Hacer ingresos" "Resguardo" "Consultar saldo" "Cybertarjeta"... ¿? Pienso. Joder, yo quiero sacar dinero. Me pierdo por las pantallas...
La cola detrás de mi empieza a crecer. Me digo. Vale, dejemoslo para más tarde.
Salgo del cajero. Doy un paseo para reflexionar sobre lo acontecido. ¿Qué ha fallado? ¿Qué he hecho mal? Las preguntas se disparan en mi cabeza.
Vuelvo de nuevo al cajero. Me situó delante de él. Le miro fijamente a la pantalla táctil y leo. Para sacar dinero inserte primero la tarjeta. Sabía que no podía ser muy difícil.
Comentarios
Yo empece hace poco con la tarjetita del demonio y es una sangrada.
Estoy pensando seriamente sacar mi nomina del tiron todos los meses y guardarla debajo del colchon.