Fimosis and me II
Ayer en los albores del alba las cornetas de la batalla repicaron en el alféizar de mi ventana. Mayores obstáculos he tenido que afrontar pensé cuando mi voluntad empezaba a flaquear. Así pues me pertreché de una armadura conveniente para la lid (faldones cómodos y coquina estilizada) y presto partí hacia el campo de batalla.
El primer enemigo con el que me topé hablóme en extrañas lenguas mientras me ordenaba que me despojara de mis ajuares (me permitió conservar los mitjós). Tras ataviarme de indigna envoltura me abandonó en la capilla de maitines en la que nada sino una tragedia podía presagiarse. Oh sagrado Demiurgo no te olvides de mi en este amargo trago imploré al Creador.
Con rodilla hincada y mirada límpida esperé a que a por mi vinieran mis verdugos. Cual fue mi sorpresa al percatarme de que no superaban la tercera década de edad. ¿Estos pimpollos iban a ser los que me otorgarían la dádiva de un mandoble acerado y letal?
Al entrar en la lid pude comprobar complacido que los cornos marciales entonaban el Changes de David Bowie. Les hice saber de mi alegría ante este hecho y ellos, mágnanimos, me ofrecieron la elección de la siguiente tonada. No soy de aquellos que al recibir el dedo toman el brazo, así que repliquéles con un abierto cualquier melodía del noble metal aquietará mi espíritu.
Ante las quejas del escudero el capitán de escuadra tomó la salomónica decisión de posponer el himno para los estertores de la confrontación. Tras llenar mi pulmones de prístino aire tomé posición en la vanguardia para esperar a los mil demonios que me azotarían.
A modo de salmo repetime en el fragor de la batalla las palabras de mi maestro. Si tienes un coupe, bájale la capota hasta en invierno, que para algo la tienes. El efecto mántrico de estos versos hizo que entrara en un estado extático del que sólo fui despertado al escuchar las primeras notas de The call of Ktulu de Metallica. ¡Esa era la señal! El final de mi tormento estaba llegando a su fin.
Observar el campo de batalla tras la lucha despoja de toda nobleza a la guerra. Es ahora cuando me percato que la verdadera lid se encuentra tras la batalla. Afortunadamente tengo el apoyo de los míos y tengo por seguro que del lecho del dolor saldré fortalecido al grito de:
El primer enemigo con el que me topé hablóme en extrañas lenguas mientras me ordenaba que me despojara de mis ajuares (me permitió conservar los mitjós). Tras ataviarme de indigna envoltura me abandonó en la capilla de maitines en la que nada sino una tragedia podía presagiarse. Oh sagrado Demiurgo no te olvides de mi en este amargo trago imploré al Creador.
Con rodilla hincada y mirada límpida esperé a que a por mi vinieran mis verdugos. Cual fue mi sorpresa al percatarme de que no superaban la tercera década de edad. ¿Estos pimpollos iban a ser los que me otorgarían la dádiva de un mandoble acerado y letal?
Al entrar en la lid pude comprobar complacido que los cornos marciales entonaban el Changes de David Bowie. Les hice saber de mi alegría ante este hecho y ellos, mágnanimos, me ofrecieron la elección de la siguiente tonada. No soy de aquellos que al recibir el dedo toman el brazo, así que repliquéles con un abierto cualquier melodía del noble metal aquietará mi espíritu.
Ante las quejas del escudero el capitán de escuadra tomó la salomónica decisión de posponer el himno para los estertores de la confrontación. Tras llenar mi pulmones de prístino aire tomé posición en la vanguardia para esperar a los mil demonios que me azotarían.
A modo de salmo repetime en el fragor de la batalla las palabras de mi maestro. Si tienes un coupe, bájale la capota hasta en invierno, que para algo la tienes. El efecto mántrico de estos versos hizo que entrara en un estado extático del que sólo fui despertado al escuchar las primeras notas de The call of Ktulu de Metallica. ¡Esa era la señal! El final de mi tormento estaba llegando a su fin.
Observar el campo de batalla tras la lucha despoja de toda nobleza a la guerra. Es ahora cuando me percato que la verdadera lid se encuentra tras la batalla. Afortunadamente tengo el apoyo de los míos y tengo por seguro que del lecho del dolor saldré fortalecido al grito de:
¡Viva el Potorrismo!
Comentarios
Ahora unas preguntas que siempre he tenido acerca del tema:
-¿Te dolió el pinchazo de la anestesia?
-¿Ha meado sangre ya?
-¿Siente estímulo sexual?
-¿Ha ereccionado?
-¿Las enfermeras comentaron algo entre ellas al verte desnudito?
-¿Cómo afectará el tema al deseo sexual?
-¿Sabe que los circuncidados tienen menos placer en el sexo, ya que tienen la zona más desensibilizada?
-¿Ha guardado el pellejo?
-¿Cómo tardó tanto en darse cuenta de que tenía ese problemilla?
-¿Me estoy haciendo pesado, verdad?
Ahora contestaré encantado a tus preguntas:
1. El pinchazo duele un montón pero lo peor es que luego empieza a quemar de la ostia. No recomendable.
2.NO he meado sangre. Aunque la venda tenga manchas poco sugerentes.
3 y 6. Esta noche me he chingado en sueños a una excelsa amiga mía. Fijese usted si el deseo sexual sigue conmigo.
4. Durante la noche he tenido varios (mas de 10) sucesos morcillones, que fueron afortunadamente tratados a tiempo. He de constatar que duele.
5. Las enfermeras estaban más que curtidas en el asunto. Si que comentaron acerca de mis calcetines, uno de cada y con tomates.
7. Si usted supiera lo hipersensibilizada que tenía yo esa zona antes (bueno y todavia hoy) sabria que a eso no se le puede llamar placer ni de lejos.
8. Por supuesto, estoy empezando a customizarlo para el parche de la chupa.
9. Siempre lo supe, sin embargo la pereza y el miedo hicieron que nunca me decidiera a dar el paso. Ultimamente tengo una vida sexual un poco más activa y una actitud ante la vida más valiente, por eso me atreví.
10. Esas preguntas eran necesarias, no puedo mas que darle las gracias.
Bonus: acabo de constatar que hasta estornudar duele ahora.
Por interés propio me gustaría refutar la cuestión número 7 que propone milgrom... ¿es cierto??
Añado unas pregunta más.
1.- es cierto que fuiste intervenido ente riff metaleros? Me puedes recomendar tu ambulatorio?
2.- Preguntaste si es necesaria tal indigna indumentaria para operar o simplemente es por avergonzar al paciente??
3.- Como se puede vendar una cola? Te la han puesto en cabestrillo?
4.- Te han dejado la posibilidad de llevarte el pellejo (en el dentista te dan las muelas)
5.- Cual puede ser la motivación para ser urologo???
animado es poco. el hombre lo daba todo y aun pedia mas. sin embargo, su reducida movilidad le jugo una mala pasada que..........VENCIO A LA LEY DE MURPHY!!!
si señor@s, y esta todo documentado, hasta el proximo hit metalero!
;p
No hay mas preguntas gracias.
Enthusiastic, la 7 es cierta y recierta mi respuesta. Es más es una de las principales razones de la intervencion.
1. La música del evento fue: David Bowie, The Doors y Metallica. El sitio es el hospital del mar, se veia la playa desde el postoperatorio. Una delicia.
2. Para avergonzar y recordarte quien es el que manda ahi dentro. Estoy de acuerdo con esos metodos.
3. Te la vendan desde la base hasta el principio de prepu, logicamente el glande al aire para poder mear.
4. El pellejo lo tengo en mi poder y estoy customizandolo.
5. Fuera coñas tuve ganas de preguntarselo. Pero luego reflexione: ¿y la motivacion para ser radiologo? ¿y dermatologo?
Mojamuto: aun no siendo la medicina una ciencia exacta me han dicho que aproxidamente 4 semanas para volver a salir al campo. El mister esta deseoso de que vuelva a jugar.
Gran post, contigo estamos, gran adalid de la tontuna y máximo exponente potorril (ahora más aún).
qué preguntas más bien hechas.. y qué respuestas más curiosas.
Me alegro de que todo fuese como previsto, en un mes ya estarás pasando a cuchillo cual Dracul marcando los nuevos territorios conquistados.