Picotismo extremo
El edificio dónde vivo es un lugar la mar de curioso. Con más de 100 pisos imagínense ustedes la variedad de personajes con los que convivimos.
Hay mucho abuelete que estaba ya dentro del edificio cuando lo inauguraron y que te cuentan todo tipo de historias en el ascensor. Aquí vivieron unos rusos que un día arrancaron el telefonillo para hacer fuego (sic) y que ahora viven en La Modelo (famosa carcel de Barcelona) por estafa.
Hay mucho Norman Bates que todavía vive con su madre y muchos, pero que muchos inmigrantes. Chinos, ecuatorianos, marroquis, djs argentinos and so on.
Si a todo esto le sumamos paredes de papel, hagan ustedes cuentas. Vecinos irrespetuosos con la música junto a picotos agazapados ansiosos de motivo para queja. ¡Bomba picota!
El mayor idilio amoroso ha venido dándose entre un viejuno xenófobo de piso indefinido y los del segundo cuarta. Estos últimos son una familia de querencia regetonera que reconozcamos ponen sus sonatas a un volumen quizá excesivo. Lo maravilloso es que las quejas del viejuno doblan en decibelios a las melodías del perrea, perrea.
Como albaricoque en Enero esas peleas son ansiada por los vecinos más jovenes que nos juntamos en los balcones del patio interior, con silla y pistachos a disfrutar de la novela.
Cual fue mi sorpresa anteayer, que ante lo que yo esperaba un nuevo capítulo de 'Los del segundo cuarta', apareció en escena un nuevo enajenado de insospechadas dimensiones.
Ni corto ni perezoso aparté la horchata con hielos que me había preparado, y fue presto a por mi MacBook. Parte de lo que sucedió ha quedado reflejado para la posteridad.
¡Guau! No quiero pensar en que cuerpo se le quedó al vecino agraviado, el cual prejuzgando puede que sea buen pajaro también. Lo que está claro es que a partir de ahora saldrá a la escalera con bigote y cejas a lo Groucho y gabardina a lo Colombo.
Yo por mi parte pretendo seguir disfrutando de la compañia de mis guapas vecinas con las compartimos internet, sal y desafortunadamente nada más que eso.
Hay mucho abuelete que estaba ya dentro del edificio cuando lo inauguraron y que te cuentan todo tipo de historias en el ascensor. Aquí vivieron unos rusos que un día arrancaron el telefonillo para hacer fuego (sic) y que ahora viven en La Modelo (famosa carcel de Barcelona) por estafa.
Hay mucho Norman Bates que todavía vive con su madre y muchos, pero que muchos inmigrantes. Chinos, ecuatorianos, marroquis, djs argentinos and so on.
Si a todo esto le sumamos paredes de papel, hagan ustedes cuentas. Vecinos irrespetuosos con la música junto a picotos agazapados ansiosos de motivo para queja. ¡Bomba picota!
El mayor idilio amoroso ha venido dándose entre un viejuno xenófobo de piso indefinido y los del segundo cuarta. Estos últimos son una familia de querencia regetonera que reconozcamos ponen sus sonatas a un volumen quizá excesivo. Lo maravilloso es que las quejas del viejuno doblan en decibelios a las melodías del perrea, perrea.
Como albaricoque en Enero esas peleas son ansiada por los vecinos más jovenes que nos juntamos en los balcones del patio interior, con silla y pistachos a disfrutar de la novela.
Cual fue mi sorpresa anteayer, que ante lo que yo esperaba un nuevo capítulo de 'Los del segundo cuarta', apareció en escena un nuevo enajenado de insospechadas dimensiones.
Ni corto ni perezoso aparté la horchata con hielos que me había preparado, y fue presto a por mi MacBook. Parte de lo que sucedió ha quedado reflejado para la posteridad.
¡Guau! No quiero pensar en que cuerpo se le quedó al vecino agraviado, el cual prejuzgando puede que sea buen pajaro también. Lo que está claro es que a partir de ahora saldrá a la escalera con bigote y cejas a lo Groucho y gabardina a lo Colombo.
Yo por mi parte pretendo seguir disfrutando de la compañia de mis guapas vecinas con las compartimos internet, sal y desafortunadamente nada más que eso.
Comentarios
Me he quedado con la apretura de escucharlo :)
Hasier
Ha llegado la hora de compartir algo más con tus vecinas:esta hermosa grabación puede ser una escusa para hacerles una cenita con velas y música potórrica!
rimo sobre rimas
diciendo algo duro,
nada blando,
como jodiendo!,
o molestando!
(mucho muchacho!)
de tus vecinos ya estuvimos hablando el otro dia, portrait.
;p
Por cierto que me has recordado una anécdota potórrica: un vecino rumano adolescente me espía cuando tiendo la ropa y en mi familia ya soy la coña del día cuando nos lo cruzamos.
Las historias de odio entre vecinos y las peleas son de un entretenido... en mi edificio no tenemos tanto patio ni corrala para escuchar peleas, pero en el de mi hermana sí y es la risión...
Si bien el chafarderío y el cotilleo a mansalva no es algo ajeno en mi barrio (y creo que en ningún otro), por aquello de que una gran parte de mi vecindario esté constituido por casitas (no os penséis que vivo en una urbanización, simplemente son viviendas con muchísimos años que han ido resistiendo hasta ahora) el nivel de bizarrismo e intromisión en la vida ajena no es tan alto como el que puede darse en un piso.
Lo mejor es que de niño pude saltar, chillar y pisar el suelo con gran estruendo sin oír aquello de "verás el vecino de abajo"; de echo, alguno de mis hermanos se fue a vivir a un bloque y cada vez que voy a visitarles me tienen que recordar que arriba y abajo vive gente.
Para acabar: Chiquigrind es muy grande. Y anuncio nuevo artículo musical muy pronto...permanezcan atentos a sus pantallas.
Sigue informando, que el culebrón promete
Eran otros tiempos, y realmente no fue hace tanto. De todos modos, mi barrio es uno de los más antiguos de la ciudad (mi propia casa debe tener unos 80 años, sin exagerar, ha aparecido una foto de la vivienda en algún folleto que repartieron en mi vecindario hablando de construcciones antiguas de la zona), con un porcentaje altísimo de población mayor de 60 años de echo. Quicir, que la gente que vive aquí lleva su vida entera por estos lares. Evidentemente hay bloques de pisos pero no suelen ser muy altos en comparación con la altura que tienen los que se construyen hoy en día; además los pisos de por aquí deben tener también sus buenos 30 y tantos años.
El caso es que todo esto me ha permitido vivir en una especie de micro universo en el que hace apenas unos años se podía jugar en mitad de la calle, pues no pasaban ni una tercera parte de coches de los que pasan ahora, y en el que las cosas se veían de otro modo. Vamos, que cuando la gente cuenta anécdotas de pisos, comunidades de propietarios y toda la pesca yo me quedo un poco descuadrado. La vida, que diría aquel.
Siento haberme desviado así del tema, pero le pinchan a uno un poco en la fibra y se pone a presumir de sus cosillas como el que no quiere la cosa.
Tengo un amigo que guarda unos huevos cuando caducan, y cuando algún borrachuzo cabroncete le toca las pelotas a altas horas de la noche, pues los tira desde la ventana de su casa (un séptimo con ascensor :))y cosecha excelentes resultados, y es que claro, dormir es algo sagrado...
Tú mantente en tu trinchera, ni se te ocurra asomar el hocico!!!
yo tengo la suerte, y la desdicha, de haber vivido y convivido en unas cuantos tipos de casa y zona, y he de decir que, como en una zona de casas bajas, chalets adosados, o similares, no se vive en ninguna parte!
a no ser que sea tu propia mansion privada, claro. y por aqui parece que no hay nadie que por ahora la tenga.
mi infancia la vivi en un piso en el que la musica venia del piso de abajo y las broncas, a mi hermano y a mi, principalmente, venian de mi casa... de ahi nos mudamos a una chalet adosado de esos, y los ruidos persistian, eso si, ahora eran las niñas del chalet de al lado lo que se oia.
el ultimo año de carrera vivi otro año en uno de estos chalecitos en el barrio belen de valladolid. aconsejable 100% ni ruidos de vecinos ni de nadie!
de los tres pisos en los que he estado, es en este en el que veo el lado mas sordido de la humanidad. ocupamos un entresuelo y el patio de luces (nuestro tendedero, para mas señas) esta siempre lleno de colillas, restos de comida y ropa que nadie baja a buscar (sera por vergüenza?); a los vecinos los oimos hasta el 4º, mas alla no sabemos que se cuece.
lo curioso es que hasta hace poco nos respetaban cuando haciamos alguna fiesta y como mucho nos decian que ya estaba bien. ahora nos tiran agua de vez en cuando y se callan, en vez de decir que nos callemos! lo gracioso es que estamos en la cocina viendo como cae el agua y siguen sin ser capaces de decir nada...
de todas formas, no hay ningun sitio como el hogar. sea eso una casa o una piedra en el monte.
No estaria mal un post sobre las rarezas de los compañeros de piso... o mejor no, los trapos sucios mejor en casa ;)
bueno, eso me lo reservo para la intimidad. no es lo mismo contado que escrito, jajajajajaja
;p
eso si, de frigida roba-platanos nada, que la tia era una princesita lagarta!
;p
Yo, como dj amateur, os podéis imaginar la cantidad de rifirrafes que he tenido con más de un vecino picoto de Málaga city, ciudad sin ley... Era magnífico ver como se enciendían al ponerles musicón a las 10 de la noche, pero no les importaba meter a un albañil a picarles el suelo del baño a las 7:30 am.
Lo mejor que me pasó fue después de una noche entera de Counter Strike (juego de pc de metralletas y eso...), cuando una vecina tocó mi puerta por la mañana preguntando si estábamos todos bien, que había estado escuchando tiros por la noche! jajajajaja qué candidez, pobre abuelita...
Pero este documento es grandioso Portrait, a ver si la próxima vez que me acerque a tu morada, tengo la suerte de presenciar un nuevo capítulo.