Gitania



La India es Gitania, una excelente porción de tierra que Dios entregó a Brahman para que confinara en ella a la mayor parte de gitanos posibles ( 1,210,193,422  a día de hoy) para solaz y disfrute del resto de humanos.


Todos sabemos lo que un gitano parece ser, pero no podemos asegurar cuanto es suyo por naturaleza y cuanto viene de su marginal circunstancia. La India es un ente caló desarrollado, con todos sus matices sociales, culturales y morales. Hay indios médicos, taxistas y prostitutos pero siempre zíngaros. Para todo aquel que se haya criado en un barrio o ciudad con componente calorro, toda India se convierte en un fascinante y horrendo experimento social y humano. 



Voy a soltar una ensalada de palabras sobre el país: sucio, hortera, absurdo, ruidoso, pobre, bello, vital, divertido, extraño, miserable, terrorífico, charlatán, tierno...

   Sucio: es para bombardear el país, quemarlo y volver a empezar. Creo que es imposible limpiar ese sumidero. La mierda se acumula por todos los lados, queman plástico a saco para quitárselo de en medio, la gente caga en cualquier lado, nunca he visto tantos culos, escupen a saco, los wáteres son Saw meets Trainspotting, todo se tira por la ventanilla, sea barco, tren o avión ;)



   Hortera: el hinduismo es la religión hortera por excelencia. Por muy logrado que esté el acabado, la belleza de la obra se va a la mierda por el barroquismo loco. Se salvan del horterismo, pese a ser recargados, algunos templos, los edificios de estilo inglés-indio, el arte moderno que vimos y los camiones. Cuando digo que se salvan, quiero decir que son la polla.





   Absurdo: la vaca es el animal sagrado, y como todo lo sagrado, fatal e irremediable, por lo que si una vaca se come una bolsa de plástico (es posible que muera por ello) nadie hará nada. Absurdos son su ritmos brutalmente frenéticos en la conducción y negociación (dignos de NY) y desperanzadoramente lentos a la hora de entregar un servicio (dignos de Cádiz). Ritmos de vida bipolares, que enferman el alma del mismo modo que las temperaturas bipolares de los aires acondicionados enferman el cuerpo. Ritmos de vida locos que tienen una base común: la total falta de respeto al otro. Un egoísmo infinito. Puedes estar a 3 minutos de perder el tren que el tipo de la ventanilla no acelerará lo más mínimo su ritmo de mierda pese a tu cara de súplica. Así mismo por llegar 15 segundos antes a su destino conducen a velocidades maníacas, sin importarles lo más mínimo los otros vehículos o peatones.



   Ruidoso: su claxon es nuestro intermitente. Hijos de puta dementes. Cuanto mayor sea el auto más potente el claxon. Viajamos en un autobús nocturno que tenía galería de pitos, como de feria, tiroririroriorio, fortísimos, continuados. En los trenes todo el mundo grita vendiendo comida o lo que sea. En las calles te interrumpen continuamente para ofrecerte ayuda interesada, una cacofonía delirante.



   Pobre: mucha gente durmiendo en la calle. Muchísima. Lesionados muy chungos, chabolas por doquier, animales famélicos, la mayoría del país se cae a trozos. Vieja Delhi es Kosovo en guerra directamente.



   Bello: pese a todo, a ver quien tiene huevos a decir que el concierto de tabla que nos cascamos no fue de lo más técnico, bello y coñazo (1 hora de tabla is too much) que hemos visto nunca. Las cuevas de Ellora son un mojabragas, el Himalaya una cosa desproporcionada y algunos hombres, mujeres y niños son guapos a rabiar. Ojo a los saris y a las barbacas de los Sikhs.




   Vital: que no feliz. Que no me vengan con la milonga del pobre rico en espíritu. La miseria es la miseria y que tu mente solo albergue el pensamiento de dinero, dinero, dinero para lo más básico puede protegerte de una depresión, pero no te abre las puertas del cosmos. Que bobadas pensamos en Occidente. Esa necesidad apremiante hace que haya vida por todos los lados y eso es muy estimulante y vibrante, pese a que en ocasiones esa vitalidad sea tumoral.



   Divertido: el pais del WTF. Cuando llevas horas sin dormir por culpa del claxon loco del busero, no puedes sino reirte cuando el hijoputa apaga las luces, enciende la música y en otro casette se casca un salmo en bucle de no más de 10 segundos de duración durante unos 45 minutos. Cuando llevas 4 horas intentado sacar un billete de tren en la estación de Delhi y por fin llegas a la ventanilla que es y estás a punto de conseguirlo, de pronto aparece un tío barriendo y te barre los pies a lo bruto, en semejante estercolero, y te interrumpe y te hace apartarte como si fuese crítico barrer ese trozo ínfimo particular en el que te encuentras tú, de ese coloso de basura que se hace llamar India; pues entonces tienes que reirte. Y te lo pasas bien. Si es que todo es susceptible de timo y/o catástrofe, es como un brain puzzle. Todo occidental tendría que ir a la India cada cinco años para engrasar el ingenio.



   Extraño: hay muchas religiones y cada una tienes sus pintas y subpintas. El pais es una especie de Festimad en el que va PJ Harvey, Slayer y Public Enemy. Un popurri de tribus, cada uno con su ida de pinza y a nadie parece importarle una mierda. De hecho en más de un momento vi el paralelismo entre el viaje a la India y un festival de verano. Un evento de displacer. Te gastas pastonaco por comer mal, pasar calor, hacer colas y cuando llega el momento de ver las cosas que molan estás tan petado que no las disfrutas del todo, sin embargo te compensa porque estás flipando casi todo el rato, porque PUEDES HACERLO, porque eres un Manowar y no un Inditex man, un hijo lelo del confort. Es una cuestión de orgullo, de exploración, de afirmación, de aventura. 



   Miserable: me molesta tanto este point que ya lo he ido diseminando en los anteriores, pero es que los grados de miseria son muy grandes. Desde las desigualdades inmensas entre ellos a la miseria moral del pueblo más estafador que nunca he visto.



   Terrorífico: en lo que a comida y alojamiento se refiere. Nosotros fuimos muy amarrateguis, muy lonelyplanets, en semejante sindiós pillar diarrea o piojos se antojaba too much. Eso hizo nuestro viaje más plano y nos perdimos nuestras buenas bizarradas y el profundizar en su gastronomía, que a mí me convence, aunque por la falta de costumbre, me saturó. Todo sea dicho no nos robaron directamente ni tuvimos miedo de que nos zumbaran en ningún momento, cosa que se agradece. Dan miedo los militares apostados en cualquier lado con metralletas apuntado a la peña. Y el tráfico. El mayor y más real de los horrores.



   Charlatán: por seguro que en la India habrán miles de espacios de espiritualidad y sabidurida pero todo lo que vimos nosotros fue un crecepelismo de lo espiritual horrendo. Carteles publicitarios de gurús haciendo posturitas (ahora con un 25% más de presente) y bueno... Rishikesh. Este pueblo dónde estuvieron los Beatles en su etapa India con Maharishi, es el Lloret de Mar de la New Age, un verdadero paraíso para todo aquel al que no le de el cerebro para más allá de Osho o para el que se acerque a este mundo con la fascinación morbosa que provoca Las partículas elementales de Houllebecq.



   Tierno: ante tal apelotonamiento los indios no sufren de los males del individualismo, leánse no-me-toques-que-te-rajo o los-hombre-no-se-abrazan. Son muy tiernos entre ellos y en más de una ocasión te ayudan con sinceridad y con cariño. Las abuelillas son majísimas y los amigos van cogidos de la mano por la calle.



Muchas gracias a Daida por las excelentes fotos realizadas!

Comentarios

Felipe S. ha dicho que…
Celebro su retorno, monsieur Portrait, aunque lo noto algo más picoto.
witzbahlam ha dicho que…
si, yo también. sin embargo es un picotismo más maduro. rabioso y enciendido a la par que suave y condescendiente.

ud. ha unido varias naturalezas, es un míster!
DC ha dicho que…
I'll Never Do It Again

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